Imágenes con frases Simón Bolívar

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FRASES DE SIMÓN BOLIVAR

Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el Poder, el pueblo se acostumbra a obedecer y él a mandarlo, de donde se originan la usurpación y la tiranía.

Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción.

La esclavitud es hija de tinieblas, un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción.

Huid del país donde uno solo ejerce todos los poderes: es un país de esclavos.

Las buenas costumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes; y el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad.

El castigo más justo es aquel que uno mismo se impone.

Es difícil hacer justicia a quien nos ha ofendido.

Un soldado feliz no adquiere ningún derecho para mandar a su patria. No es el árbitro de las leyes ni del gobierno. Es defensor de su libertad.

Los legisladores necesitan ciertamente una escuela de moral.

El arte de vencer se aprende en las derrotas.

La esclavitud es hija de tinieblas, un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción.

El ajedrez es un juego útil y honesto, indispensable en la educación de la juventud.

La libertad del nuevo mundo, es la esperanza del universo.

Como amo la libertad tengo sentimientos nobles y liberales; y si suelo ser severo, es solamente con aquellos que pretenden destruirnos.

La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino.

Si un hombre fuese necesario para sostener el Estado, ese Estado no debería existir; y al fin no existiría.

Los empleos públicos pertenecen al Estado; no son patrimonio de particulares. Ninguno que no tenga probidad, aptitudes y merecimientos es digno de ellos.

Yo desprecié los grados y distinciones. Aspiraba a un destino más honroso: derramar mi sangre por la libertad de mi patria.

Formémonos una patria a toda costa y todo lo demás será tolerable.

Yo soy siempre fiel al sistema liberal y justo que proclamó mi patria.

La confianza ha de darnos la paz. No basta la buena fe, es preciso mostrarla, porque los hombres siempre ven y pocas veces piensan.

El hombre de bien y de valor debe ser indiferente a los choques de la mala suerte.

Los beneficios que se hacen hoy, se reciben mañana, porque Dios premia la virtud en este mundo mismo.

La justicia es la reina de las virtudes republicanas y con ella se sostiene la igualdad y la libertad.

Más cuesta mantener el equilibrio de la libertad que soportar el peso de la tiranía.

Nuestras discordias tienen su origen en las dos más copiosas fuentes de calamidad pública: la ignorancia y la debilidad.

En el orden de las vicisitudes humanas no es siempre la mayoría de la masa física la que decide, sino que es la superioridad de la fuerza moral la que inclina hacia sí la balanza política.

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